martes, 7 de julio de 2015

La gramática. Los contenidos lingüísticos y su lugar en la enseñanza.


Para desarrollar esta reflexión he buscado en mi memoria mi propia experiencia como estudiante de lengua extranjera, en concreto el inglés. Basándome en el resultado final, es decir, en los logros obtenidos, valoro esta experiencia como deficitaria: a día de hoy no consigo hablar inglés con un mínimo de fluidez. Mi caso no es raro, lamentablemente, y somos muchos que a pesar de haber tenido esta asignatura desde pequeños, nos encontramos en la misma situación.

Esto me lleva a pensar ¿cuál ha sido el error? ¿Qué se ha hecho mal? ¿Acaso España se encuentra situada en una especie de Triángulo de Las Bermudas y por una extraña e inexplicable razón es prácticamente imposible aprender inglés? Si el mío no es un caso aislado significa que gran parte del problema reside no tanto en la capacidad de los alumnos sino en el método utilizado para enseñar la lengua. Años y años de ejercicios conjugando tiempos verbales, recitando la lista de verbos irregulares, escuchando grabaciones imposibles de descifrar para luego rellenar huecos con palabras, aprendiendo plurales también irregulares, verbos que dependiendo de la preposición que los acompañaran cambiaban por completo su significado,...todo esto realizado en su mayor parte a través de ejercicios de método deductivo.

Si se me preguntan las formas de un verbo irregular responderé correctamente, si se me pide de conjugar un tiempo verbal, también. Pero ¿cuándo lo debo utilizar? Muchas reglas, muchos datos, pero olvidaron incluir el libro de instrucciones de uso: cuándo se utiliza, cómo, por qué, para qué, pistas para reconocer las situaciones. Y así me encuentro, que con los datos que a lo largo de los años he ido acumulando, puedo entender con cierta dificultad a una persona que se dirige  a mí en esa lengua (siempre y cuando hable no muy deprisa, con un acento neutro e utilice vocabulario común) Pero si soy yo la que debe hablar…la cosa cambia. Dispongo de un montón de datos almacenados en mi cerebro, falta saber cómo conectarlos para conseguir usarlos eficazmente, porque todos estos datos por separado no
son de mucha utilidad, falta poner en práctica toda esa teoría.

Concluyendo, con mi experiencia como alumna puedo dar fe de que con una larga lista de conceptos, reglas, verbos, léxico,...no basta. Aprender una lengua extranjera es mucho más que eso.

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